La de hoy fue la séptima vez que los Veintisiete abordaron la cuestión, en una discusión que duró alrededor de 45 minutos y en la que tomaron la palabra más de una decena de países.
Los países de la Unión Europea volvieron a aplazar este viernes la votación sobre la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego ante la falta de unanimidad que se requiere para aprobar la petición de España.
La de hoy fue la séptima vez que los Veintisiete abordaron la cuestión, en una discusión que duró alrededor de 45 minutos y en la que tomaron la palabra más de una decena de países,
Hace ya dos años que el Gobierno de España emprendió este camino en las instituciones comunitarias. Dos años sin más avances que la introducción de un debate entre los estados miembros que muchos de éstos no consideran oportuno, sobre todo, por las dudas que les generan las consecuencias legales, prácticas y económicas de esta propuesta.
No hay consenso ni siquiera sobre la necesidad de debatir sobre ello y España no consigue abrir una brecha en ese muro por más que, incluso, asuma los costes que tuviera ese reconocimiento y su aplicación. El argumento oficial del Gobierno apela a la identidad nacional plurilingüe de España.
Pero el empeño español tiene mucho que ver también con la exigencia de los socios independentistas del Gobierno de Pedro Sánchez para que el catalán, el euskera y el galego obtengan ese reconocimiento como lenguas oficiales.
Tras el no ya recibido el pasado 27 de mayo, se ha insistido con un memorandum que defiende la viabilidad de la propuesta española.
Que la medida precise de la unanimidad de los 27 estados miembros aleja y mucho, a día de hoy, que se haga realidad.