El cantante de Rota cumplió su sueño de actuar ante el público sevillano.
Con su música, mezcla de pop, flamenco y canción de autor.
Antoñito Molina llenó la noche de este sábado la Plaza de España de Sevilla de emoción y magia. El cantante de Rota (Cádiz) es un enamorado de Sevilla, y acaba de componerle una canción. Con su música mezcla de pop, flamenco y canción de autor enamoró al público a golpe de cajón y guitarra.
Varios miles de seguidores disfrutaron del estreno del cantante gaditano en el Icónica Santalucía Sevilla Fest, en una actuación en la que derrochó frescura y autenticidad.
A las 22.34 sonaban unos primeros acordes que daban paso a la voz en off del artista en la que aseguraba "prometerse" a los presentes para después afirmar: "Sevilla mi bendita maravilla, palabra de gaditano".
Tras esto, "La aventura", canción elegida para abrir una nueva parada de su gira 'Me prometo', en esta ocasión, en escenario tan emblemático y espectacular como esa plaza construida para la Exposición Iberoamericana de 1929.
Con ella dio inicio a un concierto en el que repasó los temas más conocidos de su discografía, haciendo a todos los presentes olvidar el calor que hizo durante esa noche en Sevilla y centrarse en celebrar con un cantante que hace gala de naturalidad y cercanía, que ha estado arropado por una potente banda y una escenografía que ha incrementado el disfrute.
El artista, que se dio a conocer con el dúo El Tren de los Sueños, que fundó en 2006 y del que formó parte 12 años hasta que decidió apostar por una carrera en solitario, también ha interpretado, entre otros 'Y te voy a querer', que suma casi 10 millones de 'streams' en Spotify; 'Me prometo', que da nombre a la gira y ha dado la bienvenida a todos los que han asistido al concierto a "El club de los soñadores".
Molina ha brindado momentos inolvidables como cuando ha interpretado al piano 'Sevilla', la canción estrenada el pasado 30 de mayo, día de San Fernando, dedicada a la capital hispalense; o cuando ha hecho subir a uno de los asistentes a escribir en su piano, blanco, el nombre de Sevilla como testimonio de una nueva ciudad en la que ha recalado.