Aún no se sabe qué pasó el 28 de abril para que un gran apagón dejara a oscuras todo el país aunque gana fuerza la hipótesis de una sobretensión: una especie de "exceso de energía".
En Los Reporteros analizamos el sistema eléctrico español.
El sistema eléctrico español está en el foco desde el gran apagón de hace mes y medio. ¿Es lo suficientemente robusto? ¿Qué papel juegan la fotovoltaica y la eólica? ¿Faltan interconexiones? ¿Sabremos algún día todas las causas de ese gran apagón? Éstas son algunas de las preguntas a las que intentamos dar respuesta, esta noche, con ayuda de expertos.
Un gesto tan simple como encender la luz en casa es en realidad el final de un viaje complejo y fascinante. Un sistema eléctrico gigantesco, que evoluciona cada día para ser más limpio, más distribuido y más eficiente. Cada vez depende más del viento, del sol… y de decisiones que se toman a miles de kilómetros. Es el rompecabezas energético.
En este entramado, el precio de la electricidad que consumimos hoy se decide ayer… y en una subasta. Cada día, productores y comercializadoras juegan una partida compleja, donde la última oferta marca el precio para todos. Es el llamado sistema marginalista: polémico, criticado, pero aún vigente en España y en buena parte de Europa. Y, a veces pagamos más, incluso cuando la energía es más barata de producir.
Detrás de todo este sistema hay un único gran conductor: Red Eléctrica Española. Orquesta todo el viaje de la electricidad. Pero incluso los mejores sistemas pueden fallar. El pasado 28 de abril, un gran apagón dejó a la Península Ibérica sin suministro y encendió todas las alarmas. No hay conclusiones oficiales, pero gana fuerza la hipótesis de una sobretensión: una especie de "exceso de energía" circulando por la red de transporte. El gobierno ha prometido un informe antes del próximo mes de agosto.
Mientras tanto, la pregunta sigue en el aire: ¿cómo es de fuerte, de resistente, realmente nuestra red? La ratio de interconexión ronda el 5% cuando la Unión Europea recomienda tres veces más. España ha impulsado una transición energética basada en renovables. El día del apagón aportaban la mayor parte de la generación. Pero el gran reto de las energías renovables no es sólo producir, es guardar. El almacenamiento sigue siendo su talón de Aquiles.
Y si otro debate ha reabierto el apagón, el de las centrales nucleares. Las principales empresas energéticas, Endesa, Iberdrola y Naturgy se reúnen decidir el futuro de la que será la primera central nuclear en desmantelarse. Según el calendario acordado con el gobierno hace 6 años, el primer reactor se apagará en 2027. La cuenta atrás ya ha comenzado.
En el margen derecho del río Tajo, en Cáceres, y en la cola del embalse de Arrocampo, se encuentra este pueblo de casi 1.800 habitantes. La central nuclear de Almaraz, que lleva su nombre, emplea a 4.000 personas directa o indirectamente y aporta buena parte de los ingresos municipales a los ayuntamientos que están cerca de sus dos reactores. Sólo en Almaraz, la central nuclear supone el 60% de los ingresos municipales, del presupuesto anual. Es el motor económico y social de la comarca de Campo Arañuelo.
Lo cierto es que el gran apagón ha iluminado las sombras de un sistema en constante transformación. Todavía no sabemos exactamente qué falló, pero sí que hay que prepararse mejor para lo que pueda venir.