El Festival Internacional de Danza de Itálica acoge este sábado 7 de junio uno de los grandes momentos de su edición 2025: el estreno absoluto de Nana para Emmy Hennings, la nueva creación de Luz Arcas / La Phármaco, dirigida e interpretada por la coreógrafa y bailaora malagueña, recientemente reconocida con el Premio Nacional de Danza 2024.
La velada, en el espacio al aire libre del Cortijo de Cuarto, se completa con Las 24, la propuesta intimista y flamenca del dúo Marco Vargas & Chloé Brûlé, en una cita doble que confirma el poder de la danza contemporánea como lenguaje de evocación, pensamiento y belleza.
Todas las localidades para esta jornada están ya agotadas, como ocurre con el resto de funciones programadas en el Cortijo de Cuarto. Solo quedan entradas disponibles para el martes 10 de junio.
Un trío de solistas que desafía el tiempo y el lenguaje
Nana para Emmy Hennings es una creación que desafía los límites del lenguaje escénico. Con texto y concepto dramatúrgico de Pedro G. Romero, la obra se construye como un tríptico vivo entre la voz prodigiosa de Inés Bacán, el instrumento espectral y único de Enrique del Castillo (el umbráfono) y el cuerpo hipnótico de Luz Arcas, que danza desde el trance, la resistencia y la memoria. La pieza propone una evocación libre y poética de la artista y escritora Emmy Hennings, figura central y poco reconocida del dadaísmo, cuyas ideas y sensibilidad resuenan hoy con urgencia y belleza.
La obra no busca narrar, sino convocar. Luz Arcas se desplaza por el escenario como un cuerpo poseído por lo invisible: camina, cae, se agazapa, se eleva. Lo hace bajo la presencia física de una antigua mesa de sesiones espiritistas del siglo XIX, que articula simbólicamente esta exploración del umbral entre vida y muerte. Inés Bacán canta, sentada, como si lo hiciera desde el más allá. Y el umbráfono de Enrique del Castillo —instrumento que produce sonido a partir de luz— sopla, cruje y murmura como si los espíritus fueran quienes lo activaran.
Este estreno absoluto es una evolución escénica de La mesa que habla, obra de vídeo arte presentada por Luz Arcas en espacios como el Museo Reina Sofía, Condeduque, la galería Alarcón Criado de Sevilla o Kadist París. En su forma teatral, la propuesta adquiere cuerpo, peso y aliento propio: una nana que no duerme sino que despierta, una plegaria sin fe, una danza entre ruinas.
La noche se abre a las 21:30 con Las 24, pieza de 25 minutos ideada e interpretada por Marco Vargas y Chloé Brûlé, referentes de la hibridación entre flamenco, danza contemporánea y teatro del gesto. En ella, los dos intérpretes exploran el transcurrir de un día completo compartido por dos cuerpos: lo que pasa cuando pasa algo… y cuando no. Con una trayectoria de dos décadas y múltiples galardones, su lenguaje se construye desde la complicidad, la escucha mutua y el compromiso con las emociones humanas.