Estas especies están protegidas y el Paraje Natural Cola del Embalse de Bornos es un espacio de especial valor ecológico y zona de anidación de estas especies fringílidas.
La Guardia Civil ha investigado a dos personas, padre e hijo, por un presunto delito contra la protección de la flora y la fauna silvestres tras ser sorprendidos en el término municipal de Bornos (Cádiz) cuando transportaban 103 jilgueros vivos, en su mayoría crías, capturados de forma ilegal, además de material prohibido para su caza. Según ha informado la Guardia Civil, la actuación tuvo lugar el pasado 12 de junio durante un dispositivo de control en la carretera A-384, donde agentes de la Patrulla de Seguridad Ciudadana de Villamartín inspeccionaron un vehículo que transportaba dos jaulones con las aves, carentes de anillas reglamentarias.
Junto a los animales se hallaron diez paños de redes japonesas, veinte varillas para su montaje cerca de puntos de agua, cinco teléfonos móviles utilizados como reclamos acústicos y una linterna frontal para operar de noche.
Las aves incautadas, de la especie Carduelis carduelis (jilguero), están catalogadas como protegidas tanto por la normativa nacional como europea y figuran en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Además, el lugar de la intervención, el Paraje Natural Cola del Embalse de Bornos, es un espacio de especial valor ecológico y zona de anidación de estas especies fringílidas.
Para garantizar su supervivencia, los ejemplares, que aún estaban vivos, fueron liberados en un entorno natural próximo. El material intervenido ha quedado a disposición judicial. A los investigados, que cuentan con antecedentes por hechos similares, se les imputa un delito contra la protección de la flora y fauna silvestres.
La Guardia Civil ha recordado que la caza de estas aves está prohibida por la Ley 42/2007 de Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, y su captura o comercialización puede conllevar multas o penas de hasta dos años de prisión, según el Código Penal.
Además del impacto sobre la biodiversidad, los agentes alertan del riesgo sanitario que supone el consumo humano de estas aves, especialmente cuando son cazadas sin control veterinario alguno. La Guardia Civil continuará desarrollando actuaciones para frenar tanto la captura como el comercio ilegal de aves protegidas.