Entre esos incentivos habrá un programa específico para hogares vulnerables, según lo aprobado por el Consejo de Gobierno.
Se podrán beneficiar ciudadanos, autónomos, pymes y grandes empresas y entidades públicas.
La Junta de Andalucía destinará 160 millones de euros en incentivos para el uso eficiente de la energía en hogares, empresas y entidades locales, de los que diez millones irán dirigidos a un programa pionero en España para la mejora energética en los hogares más vulnerables.
En la rueda de prensa este miércoles posterior al Consejo de Gobierno, el consejero de Energía, Industria y Minas, Jorge Paradela, ha informado de la Orden por la que se aprueban las bases reguladoras para la concesión de incentivos para el uso eficiente de la energía, que contará con un presupuesto de 160,2 millones, cofinanciado por el Programa de Andalucía Feder 2021-2027.
Se podrán beneficiar ciudadanos, autónomos, pymes y grandes empresas, entidades públicas locales y del tercer sector, así como las comunidades energéticas, y se estructura, en función de los destinatarios y actuaciones a financiar en sector residencial y edificios e instalaciones públicas; sector empresarial y cadena agroalimentaria; redes y sistemas inteligentes, y hogares vulnerables.
El programa destinado a los hogares vulnerables, que se pondrá en marcha antes del verano, contempla ayudas para la mejora energética de los hogares de los consumidores en situación de mayor vulnerabilidad a través de dos líneas: una para la mejora de la calificación energética y otra de renovables, pudiendo subvencionarse hasta la totalidad de las inversiones en las viviendas habituales de estas personas.
Dotado con 10 millones, financiará medidas de rehabilitación de fachadas, cambio de ventanas, renovación de instalaciones de climatización, agua caliente sanitaria e iluminación, así como para la incorporación de sistemas de autoconsumo eléctrico, propiciando así una reducción de la factura energética y un aumento del confort térmico de estos hogares, ha destacado el consejero.
Para facilitar el acceso a estas ayudas, las entidades locales, del tercer sector de acción social y de otras sin ánimo de lucro serán entidades colaboradoras para la solicitud y tramitación de los incentivos en nombre de los posibles beneficiarios, así como, opcionalmente, para la contratación y la realización del pago de las actuaciones.
Los beneficiarios serán las personas que tengan la condición de consumidores vulnerables severos o en riesgo de exclusión social beneficiarias del bono social eléctrico.
Paradela ha explicado que este programa surge de la experiencia de la Agencia Andaluza de la Energía en el proyecto europeo Powerty, enfocado a facilitar el acceso de estos colectivos a las energías renovables y que tuvo como resultado la puesta en marcha de la primera comunidad energética creada en un entorno desfavorecido, con dos instalaciones de autoconsumo situadas en dos colegios públicos que dan energía a familias del barrio sevillano de Torreblanca.
El programa de mayor dotación, con 93 millones, se enfoca a reducir el consumo de energía del sector residencial y de los edificios e instalaciones públicas del ámbito local, de forma que los ciudadanos podrán solicitar ayudas para llevar a cabo actuaciones de rehabilitación energética en sus hogares, como la mejora de envolvente térmica para reducir la demanda energética de calefacción y climatización, o la renovación de instalaciones de aire acondicionado, agua caliente sanitaria o iluminación.
También podrán solicitarlas las entidades públicas locales, en este caso, para todos sus edificios e instalaciones, aunque no sean de uso residencial.
El uso eficiente de la energía pasa también por la expansión de las redes inteligentes y el impulso al acceso a las infraestructuras de recarga para vehículos, por lo que se apoyará con 12,7 millones la inversión de las empresas en actuaciones para la digitalización y mejora de sus redes e infraestructuras eléctricas, como la incorporación de equipos o aplicaciones informáticas para una mejor gestión de la demanda de energía, elementos electrónicos de digitalización o equipos para centros de transformación eléctricos.
Otro de los incentivos que verán la luz antes del verano es el programa, dotado con 44,6 millones, dirigido a las empresas, con especial foco en la cadena agroalimentaria, para contribuir al incremento de la competitividad empresarial mediante la reducción de su factura energética y de las emisiones de CO2.
Para ello, contarán con ayudas para mejorar la envolvente térmica de sus edificios y sus instalaciones de climatización, agua caliente sanitaria e iluminación, siempre que mejoren la calificación energética del edificio y se reduzca en, al menos, un 20 % el consumo de energía primaria no renovable.
También habrá incentivos para la renovación de equipos y tecnologías y para la incorporación de instalaciones y equipos nuevos que usen energía solar térmica, biomasa, biogás y otros gases renovables que provengan de la biomasa, así como la aerotermia, hidrotermia y geotermia; además de instalaciones renovables de autoconsumo eléctrico, fotovoltaico o eólico, con o sin almacenamiento