Esta criatura, que apenas alcanzaba el tamaño de un dedo humano, se desplazaba mediante aletas laterales y contaba con apéndices cefálicos para capturar presas. Los fósiles, conservados en la formación de Burgess Shale, muestran con un detalle inusual elementos como el sistema digestivo, el circuito nervioso y la estructura circulatoria del animal, una circunstancia poco habitual en registros fósiles tan antiguos.