Pertenece a Lufthansa y procedía de Fráncfort con destino Sevilla. El piloto había abandonado la cabina de vuelo para ir al baño cuando el copiloto se desmayó. Aunque el piloto automático funcionó correctamente, decidieron hacer un aterrice en Barajas.
El suceso ha puesto de manifiesto el beneficio de que otra persona autorizada se encuentre en la cabina de vuelo, cuando uno de los dos pilotos la abandona por motivos fisiológicos u operacionales.
Un Airbus A321 de Lufthansa sobrevoló España durante unos 8 minutos sin nadie a los mandos el sábado 17 de febrero de 2024, cuando el copiloto sufrió una incapacitación súbita y severa mientras que el comandante se había ausentado unos segundos antes por motivos fisiológicos.
Aunque funcionó el sistema de piloto automático y no hubo que lamentar ningún problema, el incidente ha sido investigado por la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC).
La aeronave en cuestión despegó de la ciudad alemana de Fráncfort con destino al aeropuerto de Sevilla en España y el desmayo del copiloto, de 38 años, se produjo en el momento en el que se encontraba a 88 millas del aeropuerto madrileño de Barajas, al que finalmente se desvió y donde aterrizó.
Cuando la aeronave estaba en ruta, a las 10:31 horas, el comandante, de 43 años, abandonó la cabina de vuelo y se dirigió al baño delantero, según se detalla en el informe publicado por el Ministerio de Transportes.
Antes de ello, el comandante y el copiloto mantuvieron una conversación sobre la situación meteorológica y la operación de la aeronave.
Cuando el comandante regresó del baño, a las 10:39 horas, utilizó el procedimiento de entrada estándar para acceder a la cabina de vuelo y, al no tener éxito, hizo un segundo intento, suponiendo que o bien había introducido incorrectamente el código la primera vez o bien el copiloto estaba ocupado con las tareas del vuelo.
El comandante hizo tres intentos más y un tripulante de la cabina de pasajeros efectuó una llamada vía interfono a la cabina de vuelo.
Al no obtener respuesta, el comandante usó el código de acceso de emergencia.
Antes de que el temporizador del código de acceso de emergencia expirase, el copiloto abrió la puerta de la cabina de vuelo manualmente desde el interior.
El comandante tomó el control de la aeronave a las 10:42 horas y decidió desviarse a Madrid, donde la aeronave aterrizó sin incidencias y el copiloto fue trasladado al hospital.
La investigación ha determinado que la causa de la incapacitación del copiloto fue el síntoma de una afección neurológica que no se había detectado ni por el propio afectado ni en los reconocimientos médicos aeronáuticos previos.
Como medida preventiva, tras el incidente, se le suspendió el certificado médico hasta determinar el motivo de este trastorno convulsivo.
El suceso ha puesto de manifiesto el beneficio de que otra persona autorizada se encuentre en la cabina de vuelo, cuando uno de los dos pilotos la abandona por motivos fisiológicos u operacionales.
Se ha considerado conveniente emitir una recomendación de seguridad operacional a la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) al respecto.