El modelo, propuesto por los hosteleros por la dificultad de encontrar personal para reforzar las plantillas en época de verano, se ha extendido a todo el año.
Crece cada año el número de camareros y cocineros que trabajan en la hostelería gaditana procedentes de asociaciones de ayuda a inmigrantes y jóvenes vulnerables.
En tres años, este modelo, propuesto por los hosteleros por la dificultad de encontrar personal para reforzar las plantillas en época de verano, ha generado más de 500 contratos. El modelo se ha extendido a todo el año.
Junes Elyahyaoui llegó a España con 16 años y, tras pasar por un centro de menores, salió con 18 con ganas de empezar en España una vida nueva. Acabó en Cádiz y, después de dar un curso de hostelería, terminó trabajando en un chiringuito de Chiclana de la Frontera gracias a un convenio entre la asociación que lo tutela y los hosteleros.
Lleva contratado como cocinero más de dos años, a jornada completa y con el mismo salario que sus compañeros.
Unos 500 jóvenes menores de 25 años, inmigrantes o españoles vulnerables, están trabajando como Junes en restaurantes de Vejer, Conil, Cádiz, Medina y Chiclana, según Juan Molina, de la Asociación de Familias Solidarias para el Desarrollo.
Aunque originalmente estos contratos eran para reforzar la temporada de verano, la mayoría se queda trabajando todo el año.