el nuevo papa
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¿Quién es Robert Prevost Martínez? "Un segundo papa Francisco"

Una persona honesta y preocupada por los que menos tienen, que busca el consenso. Así lo definen quienes le conocen, entre ellos el delegado de Misiones de la Archidiócesis de Sevilla, Eduardo Martín, la monja Carmen Toledano, o su hermano, Jon Prevost.

CANAL SUR MEDIA 9 mayo 2025

Una persona cercana, honesta, siempre preocupada por los que menos tienen y que busca el consenso. Así definen al nuevo papa, el estadounidense Robert Prevost Martínez, algunas las personas que mejor lo conocen. Uno de ellos es el delegado de Misiones de la Archidiócesis de Sevilla, Eduardo Martín, que trabajó ocho años en Perú con el nuevo Papa. El sevillano de Morón de la Frontera era rector del seminario y nombró jefe de estudios al hasta ahora cardenal Robert Prevost.

Esa es también la impresión de una de las monjas agustinas con las que compartió misión en Perú, Carmen Toledano, monja agustina de Ávila.

Pero quizá quien mejor lo conozca sea su hermano: John Prevost: “Creo que será un segundo Papa Francisco. Tiene una gran preocupación por el sufrimiento de los pobres, por los oprimidos, por la gente que no tiene voz”. John Prevost está convencido de que su hermano sabrá llevar la enorme responsabilidad que acaba de asumir.

La elección del papa León 14 ha sido muy celebrada también en Carcabuey (Córdoba). El párroco de esta localidad de la Subbética, Miguel Jiménez, lo conoce a la perfección. Coincidió cuatro meses con él en Perú. Lo califica como humanitario, cercano y dedicado a la oración. Conoce muy bien al nuevo Papa con quien trabajó durante 4 meses en Perú. Cree que León XIV mantendrá la línea iniciada por Francisco. Para el párroco de Carcabuy, la Iglesia ha acertado con la elección del nuevo papa, una persona preocupada por los desfavorecidos, cercana y dedicada a la oración.

El administrador apostólico y obispo emérito de Córdoba, Demetrio Fernández, también conoce al papa León XIV. Precisamente el cardenal Prevost fue el encargado de dirigir el relevo al frente de la diócesis de Córdoba por jubilación del obispo y la designación del nuevo prelado, Jesús Fernández. El obispo emérito recuerda cómo hace justo un año fue recibido en Roma por el cardenal Prevost: "Es un hombre sereno, será un gran papa”.

UN HOMBRE DE CONFIANZA DE FRANCISCO

Es misionero de la antigua Orden de San Agustín, nacionalizado peruano y con ascendencia española: su madre, Mildred Martínez, era bibliotecaria y nieta de españoles. Tiene 69 años, matemático y filósofo de formación y muy viajero. Ha estado en Andalucía en varias ocasiones como superior de la orden de los agustinos a la que pertenece. Visitó los colegios y comunidades agustinas de Sevilla, Málaga y Huelva entre los años 2002 y 2010. También estuvo en León, Ávila, Valladolid.

Ha pasado 40 años en Perú, donde fue misionero y después obispo. Ha sido en los últimos años un estrecho colaborador del difunto papa Francisco y entró a su estilo, discretamente, en la lista de 'papables' para este cónclave, como un 'outsider' en medio de otros grandes nombres. Su talante moderado le posiciona como puente entre las facciones conservadora y reformadora de la iglesia y su vasto conocimiento de América le ha valido el respaldo de los cardenales del sur y del norte del continente, muchos de los últimos críticos con Francisco.

Su carrera eclesiástica comenzó con el noviciado agustino de Saint Louis donde, en 1981, asumió sus votos. Luego llegarían los estudios en Teología y un viaje de juventud a Roma para estudiar Derecho Canónico. Tras ordenarse sacerdote en 1982, con 28 años, fue enseguida enviado al que se convertiría en su segundo país: Perú, mediante su a misión de Chulucanas, en Piura (1985-1986). Esta sería el primer paso de un largo camino en Latinoamérica que prosiguió en 1988 en la misión peruana de Trujillo, seleccionando vocaciones agustinas en ciudades como Chulucanas, Iquitos y Apurímac y ejerciendo otros roles durante una década en esa archidiócesis. Prevost también acumula una dilatada experiencia docente en su país, también como prior general del Capítulo Agustino de Chicago, hasta que en 2014, desde Roma, el papa Francisco le puso al frente de la diócesis peruana de Chiclayo, como administrador apostólico.

Un año después sería nombrado por Francisco obispo de Chiclayo y desde 2018 fue vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal de Perú, afrontando entre otras cosas la grave crisis por los abusos del grupo Sodalicio de Vida Cristiana, disuelto este año por el papa.

En 2023 el pontífice argentino le llamó a Roma para hacerle cardenal y nombrarle prefecto del Dicasterio para los Obispos, el ministerio vaticano que elige a los monseñores de todo el planeta. Al frente de esta poderosa institución, que controla una enorme red de prelados en todo el mundo, asistió también a las pugnas de su mentor, el papa Francisco, con los conservadores católicos, plasmadas por ejemplo con la destitución del obispo estadounidense Joseph Strickland en noviembre de 2011, desleal con la Santa Sede.

Pero Francisco también lo puso como presidente de la Pontificia Comisión para América Latina gracias a su gran conocimiento sobre la realidad y las periferias del subcontinente. Su rol de "ojeador" de obispos y su experiencia sudamericana hace que Prevost mantenga un contacto continuo con la jerarquía eclesiástica alrededor del mundo, sobre todo en América, la región con la mitad de los católicos del planeta (unos 637 millones en 2004).

Pero su elección pontificia resulta una novedad no solo porque es considerado un cardenal joven, con 69 años, sino también porque se convierte en el primer papa llegado del corazón de un imperio ya suficientemente poderoso, los Estados Unidos.

A nivel de magisterio, aunque cauto, se ha pronunciado en línea con el papa Francisco, defendiendo la idea de un clero "cercano al pueblo", diametralmente opuesto a la figura de un "directivo" o "un gestor. Y sobre la lacra de los abusos que ha sacudido la iglesia en los últimos años, y que el pontífice argentino afrontó, ha reclamado la obligación de "ser transparente y acompañar a las víctimas".

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