Seis de cada diez niños desaparecidos tienen problemas de salud mental y el 23 % sufre violencia.
Según datos del Centro Nacional de Desaparecidos (CNDES), en la actualidad hay en nuestro país 135 personas en paradero desconocido.
El 49,4 por ciento de las personas que desaparecieron en 2024 en España eran menores de edad. Es una de las conclusiones del Informe Anual de Personas Desaparecidas del Ministerio del Interior.
Según datos del Centro Nacional de Desaparecidos (CNDES), en la actualidad hay en nuestro país 135 personas en paradero desconocido.
El 57,6 % de los jóvenes que desaparecen se fugan de casa por problemas en el hogar. El segundo motivo más repetido por el que desaparece un menor es porque es expulsado de su hogar; le ocurre al 23,7 %. En menor medida también afecta el secuestro parental: uno de cada diez menores desaparecidos lo ha vivido.
La Fundación ANAR ha hecho balance este miércoles de las Líneas de Ayuda para casos de menores desaparecidos -el teléfono 116 000 armonizado en toda la Unión Europea y el Chat ANAR-, que funcionan las 24 horas todos los días del año y de manera confidencial. En 2024 se ayudó por estas vías a un millar de niños y se recibieron 4.383 peticiones, un 90 % más que en los últimos cinco años.
Según sus datos, seis de cada diez niños desaparecidos tienen problemas de salud mental y el 23 % sufre violencia. La fuga o ideación de fuga es el principal motivo de estas desapariciones de menores (en el 57,6 % de los casos), que cuando se producen duran una media de una semana o 10 días.
Son casos en los que los menores deciden abandonar su casa, la institución donde están acogidos o la compañía de las personas responsables de su cuidado, detalla el balance de los servicios que ayudaron en 2024 a 1.171 menores desaparecidos.
Casi uno de cada cuatro menores fueron expulsados del hogar (23,7 %), el 12,4 % de las desapariciones fueron casos de secuestro parental, el 3,8 % por pérdida y accidente, el 1,9 por secuestro por terceros con multas criminales y el 0,6 % de menores migrantes no acompañados.
Para los niños migrantes tienen un servicio de traducción y les facilitan acompañamiento, ayuda e información sobre recursos u otras cuestiones que necesiten.
Los problemas de salud mental son más frecuentes (63,3 %) que los relacionados con la violencia (22,9 %), mientras que el resto están vinculados a problemas en el colegio, dificultades de relación y la pobreza infantil, entre otros. Los niños sienten tristeza (10,6 %), sufren maltrato psicológico (10,5 %), tienen miedo (10,2 %), presentan conducta suicida (9,9 %) y ansiedad (9,1 %), por ejemplo.
Entre las circunstancias de su entorno, destacan la violencia de género (12,2 %), adicciones (11,5 %), maltrato psicológico (11,4 %) maltrato físico (9,5 %) y agresividad/ira (9,4 %).
"La desaparición de un menor del entorno familiar es una de las experiencias más duras y traumáticas que puede sufrir un ser humano; el miedo, la ansiedad, tristeza, adicciones o conducta suicida son algunos de los problemas más frecuentes que experimentan las familias tras la desaparición de su hijo o hija", ha explicado Benjamín Ballesteros, director técnico de Fundación ANAR.
Las líneas de ayuda acompañan a las familias con profesionales, como psicólogos, que hacen seguimiento de los casos cuando los menores aparecen. "Ayudamos a pensar en momentos de bloqueo, cuando es necesario ofrecemos los recursos que hay disponibles y en casos más extremos, que hay riesgo para la vida del menor, iniciamos una intervención con las fuerzas de seguridad".
Más de la mitad de las consultas hacen referencia a mujeres (59,3 %). Con respecto a la edad, el 66,2 % son adolescentes, seguido de preadolescentes, con un 18,6 %, y niños/as, 13,1 %.
Los casos de niños desaparecidos se concentran sobre todo en las comunidades de Madrid -donde hubo 324 casos-, Comunidad Valenciana -187 casos- y Andalucía -103-.